Si lees este apartado sobre mí conocerás:
Inquietudes, reflexiones y motivaciones que te facilitarán entender mejor el origen de Integración de Terapias
Información extra acerca del proceso terapéutico con el modelo Integración de Terapias
Algunos datos sobre mí para que sientas mayor seguridad al no estar frente a un desconocido, así te resultará más fácil abrirte
En primer lugar me presento:
Me llamo Sergio Timón López, nací en 1984 en Bilbao y actualmente trabajo en Bilbao y en Madrid.
También realizo sesiones a distancia por Skype con quien no puede desplazarse a Bilbao o Madrid.
¿Qué te ofrezco en consulta y en cualquier actividad que realice?
¿Cómo interactuaré contigo cuando nos conozcamos?
Un comportamiento muy natural desde la transparencia, autenticidad y cercanía (nota para psicólogos: un vínculo como el del modelo humanista)
Descubrirás que se puede tener una actitud muy seria y profesional y al mismo tiempo una actitud distendida en un ambiente relajado.
Me interesa enseñarte herramientas que te permitan sentirte libre y facilitar que se instale en ti gran seguridad. Al conocer técnicas adecuadas y saber cuándo y cómo emplearlas ya no tendrás miedo de lo que pueda ocurrir en un futuro.
Bastará con practicar las técnicas durante el tiempo suficiente y recibir la orientación adecuada, resolviendo las dudas que vayan surgiendo. Tras finalizar el entrenamiento ya no necesitarás volver a consulta.
VIDA PERSONAL: Infancia y adolescencia, vida escolar, dificultades extras, universidad
VIDA PROFESIONAL: Desarrollo de Integración de Terapias, objetivos a corto y medio plazo en la actualidad
RESUMEN Y CONCLUSIONES: Breve síntesis de lo esencial (para quien solo quiera una idea general de Integración de Terapias)
Infancia, adolescencia y vida escolar:
Desde muy pequeño he tenido muchas inquietudes, significativa curiosidad y gran sensibilidad que me llevaba a hacerme muchas preguntas de todo tipo. Nunca me conformé con respuestas que no estuvieran bien razonadas (a mis padres les agobié a preguntas en algunos momentos de mi infancia, pobrecitos…).
Aparte de los comportamientos naturales en cualquier niño (en mi caso, muy movido) siempre sentí fascinación por la diversidad de conductas en las personas. Me generaban interés, especialmente, las que no entendía. Estimulaban mi curiosidad y ello me impulsaba a querer saber más sobre la mente y las emociones desde antes de conocer el significado de la palabra Psicología. Siempre supe que quería aprender más sobre todo lo relacionado con el comportamiento humano y las emociones.
Como anécdota curiosa, recuerdo la expresión de sorpresa de mis padres cuando me veían con las ideas tan claras siendo un niño tan pequeño. Al parecer, estaba muy marcado en mi personalidad que en un futuro me dedicaría a la Psicología. También quería ser profesor y de alguna manera al final he podido combinar ambas profesiones puesto que me dedico sobre todo a enseñar a la gente a que se sane a sí misma (que en cierto modo es como dar clase, aunque sea en un despacho privado o en un curso, ¿no?).
Mi vocación fue muy grande desde muy pequeño y a día de hoy lo sigue siendo. Disfruto mucho con mi trabajo y doy gracias por poder dedicarme a ello, es muy grande la satisfacción de ver a las personas mejorar, resolver sus problemas y equilibrar sus emociones. Me siento afortunado por ello.
Continuando con mi infancia y adolescencia, a medida que fui creciendo:
En mi día a día veía muchas cosas que no me encajaban, especialmente una: no entendía la maldad en las personas. No veía motivos razonables por los que una persona pudiera querer hacer daño a otra, me parecía más natural ayudarnos mutuamente a sentirnos mejor. Hacernos daño unos a otros me parecía incomprensible y no podía evitar reflexionar sobre las personas que sí lo hacían para intentar averiguar por qué.
Estas inquietudes se desarrollaron en gran medida en la escuela, pues aunque durante la mayor parte de mi escolarización todo fue perfectamente y tenía muchos amigos, carácter divertido (casi siempre sonriente), facilidad en los deportes y muy buenas notas, durante una etapa de la escuela secundaria sufrí bullying moderado y una serie de dificultades para las que no estaba preparado y no sabía hacer frente, pues nunca había tenido enemigos y no sabía cómo comportarme. Soy una persona muy pacífica y la agresividad nunca me ha parecido un comportamiento adecuado ni necesario ante conflictos, prefiero resolver las cosas hablando (lo que no quita para que me pueda enfadar en algún momento, soy humano, pero solo en situaciones excepcionales). De hecho, nunca me he pegado con nadie, ni en la escuela ni fuera de ella.
Tras vivir esta experiencia creció aún mucho más la curiosidad que ya tenía de muchos años atrás: ¿por que ocurría? ¿por qué hay personas que se dedican a hacer daño a los demás? ¿qué ocurre en su interior para que se comporten de esa manera?
PRIMERA PREGUNTA FUNDAMENTAL:
¿Qué sucede en una persona para que tenga comportamientos negativos hacia otros?
¿Cuál es el origen de la maldad?
¿Por qué surge y cómo se soluciona?
Dificultades extras:
A continuación os voy a describir con total naturalidad y transparencia algunas dificultades que me tocó experimentar desde pequeño.
Si comparto esta información es por una razón muy concreta, pero antes de ello me parece necesario hacer una aclaración:
Hay una corriente de Psicología del siglo pasado que considera que es un error que el terapeuta de a conocer su vida, aportando sus razonamientos. La manera en la que esa terapia funciona (resumiendo muchísimo) es creando un espacio aséptico en la consulta para que la persona pueda volcar todo aquello que necesita expresar. Desde su forma de trabajar puede suponer un freno conocer información del terapeuta (pero eso solo sucedería si se trabaja desde ese modelo terapéutico).
Es cierto que esa expresión libre aporta un beneficio psicológico pero actualmente existen modelos psicológicos que trabajan de forma mucho más rápida y eficaz (especialmente cuando el cerebro está muy traumatizado). Con un psicoanálisis puro las terapias pueden llegar a ser larguísimas (muchos años) y me he encontrado a muchas personas en consulta que no creen en los psicólogos por haber tenido varias experiencias de este tipo, que tras haber estado durante 7, 8 o 10 años en otras terapias hemos podido resolver la mayor parte de sus problemas en pocos meses de trabajo desde este modelo de Integración de Terapias (con ayuda de la neurociencia, especialmente con EMDR y SHEC) y estaban indignados por el el gasto económico desmedido e innecesario de las terapias que habían hecho anteriormente.
Si escribo esto es para que diferenciemos con claridad que hay muchos modelos psicológicos diferentes y es importante elegir bien el terapeuta que nos ayudará en nuestro proceso. No todos los psicólogos tenemos la misma formación porque en la carrera no nos dan una formación estándar porque depende del tipo de terapia que valoran más en cada universidad. Algunas aportan distintas visiones pero los propios profesores no se ponen de acuerdo y dicen cosas que se contradicen entre sí.
Es otra de las razones por las que decidí crear Integración de Terapias, porque todas las terapias tienen razón desde su punto de vista y es necesario integrar lo importante y acompañarlo de los avances científicos en neurociencia del siglo XXI. Todo esto lo explico con más detalle en el bloque universidad.
Por ello, es necesario que encontréis la persona y terapia que se adapte a lo que estáis buscando sin tirar la toalla por haber tenido alguna mala experiencia.
He comprobado desde hace más de 15 años que una terapia funciona mucho mejor si hay transparencia y naturalidad por parte del terapeuta. De hecho, la terapia humanista se caracteriza por un vínculo de autenticidad y lleva décadas funcionando bien (el psicoanálisis tiene 100 años ya y lejos de pretender quitarle validez para ciertos casos, creo que es necesario incorporar los avances en neurociencia y empoderar a quienes acuden a consulta para que no se genere dependencia, pues es ésta la que considero la Psicología del siglo XXI).
Por lo tanto, la razón por la que comparto las dificultades que experimenté en mi vida es que cuando vengáis a verme os resulte mucho más fácil abriros a mí (ya sea para hacer una consulta, taller o curso) al no percibirme como un completo desconocido. Me parece importante facilitarles el proceso especialmente a aquellas personas que tienen dificultades para abrirse y confiar en los demás.
Mostrarse de forma auténtica, transparente y sincera acelera el proceso de aprendizaje o recuperación, que en mi opinión tendría que ser prioridad en un trabajo terapéutico (supone un ahorro económico para quien consulta y un menor tiempo de sufrimiento, que es lo que la persona que consulta quiere, que le ayuden a sentirse mejor cuanto antes).
Además, os servirá para comprender que no es necesaria una vida perfecta y sencilla para poder aprender a sentirse bien con uno mismo y aprender también a vivir empoderado y desde nuestra mejor versión.
Es más, las dificultades en ocasiones ayudan a hacerse fuerte y en el camino de búsqueda de soluciones se puede llegar a obtener un enorme aprendizaje que sirva durante el resto de la vida.
En mi caso, tengo clarísimo que atravesar las dificultades que me tocó vivir avivó aún muchísimo más mi curiosidad. Ya la tenía desde muy pequeño pero se acentuó significativamente mi deseo por comprender mejor el funcionamiento de la mente y emociones del ser humano.
Es también por esa razón que me parece interesante que podáis conocer mis orígenes aquellas personas que tengáis interés en ello.
Entonces, respecto a las dificultades que me tocó experimentar:
Una ellas fue un problema de tartamudez desde pequeño (que yo sentía como tartamudez encubierta). ¿Qué quiero decir con ello? Me refiero a que me bloqueaba internamente. Aunque algunas veces me bloqueaba también por fuera, sobre todo era una tartamudez que me afectaba por dentro, aunque la mayoría de la gente no se daba cuenta de lo que me ocurría. Vivía un malestar muy grande en mi interior y un miedo escénico en ocasiones desbordante, aunque conseguí que no se notara (ni si quiera en la escuela, pues algunos consideraban que simplemente era nervioso).
Como tenía mucho vocabulario eso me ayudaba a salir del paso si me bloqueaba en alguna palabra utilizando sinónimos. De esa manera conseguía que no llegaran a darse cuenta de que tenía bloqueos en el habla. Solo tuve un incidente desagradable con un profesor y además pasó desapercibido por los compañeros el motivo por el que ocurrió. En aquella época creía que la tartamudez era solo un problema si te atascabas al hablar, no sabía que la tartamudez sobre todo es algo que sucede internamente y que el verdadero problema llega cuando se realizan esfuerzos para que nadie lo note, pues eso acentúa la tensión interna y agrava los síntomas llegando a cronificarla.
Ojalá la primera psicóloga con la que consulté hubiera estado formada en tartamudez o me hubiera derivado a alguien que sí supiera tratarlo, pues me mantuvo en una situación difícil durante un tiempo. Creo que es imprescindible formarnos lo máximo posible y ser honestos con quienes acuden a consulta si vemos que nos falta conocimiento sobre algún área. Tuve que esperar a ser adulto para aprender yo mismo sobre la tartamudez, 4 psicólogos no supieron ayudarme. Se limitaban a decirme que casi no se me notaba y que no me preocupara por ello pero mi tensión interna era muy grande y no me sentía entendido ni si quiera por los profesionales. Además es un problema tan poco habitual que tampoco amigos o familiares lo entienden y uno se siente un poco solo.
Actualmente aún tartamudeo un poco en algunos contextos pero eso no me ha impedido dar formaciones de psicología en público, ser organizador de debates o trabajar en consulta privada sin problema. Aquellas áreas que domino me resultan más sencillas de llevar, podría decir que solo las llamadas de teléfono con personas que no conozco me generan un poco de tensión añadida. Tal vez también el tener que hacer una exposición grupal en alguna formación que esté recibiendo con las personas de clase que acaban de conocerme (especialmente la primera vez, en cuanto lo verbalizo con naturalidad es mucho más fácil).
¿Por qué expreso todo esto? Porque quiero que quede claro que ser feliz no significa ser perfecto, quiero que quede muy muy claro que sentirse bien es un estado mental que nada tiene que ver con la perfección y tener éxito en todas las áreas. Para poder ser feliz es fundamental que uno se conozca a sí mismo al máximo en todas sus luces y sus sombras y aprenda a valorarse y respetarse en todas y cada una de ellas, tratando de corregir los errores que surgen fruto de la ignorancia o los despistes y tratando también de asumir con amor a uno mismo aquellos problemas que son crónicos, pues sólo la plena aceptación de uno mismo ayuda a vivir con paz en el interior.
Es natural que como seres humanos busquemos la perfección. También es natural (e incluso admirable) que uno aspire a querer mejorar y desarrollar lo mejor de sí mismo. Hasta ahí bien, pero lo que no puede ser es que los seres humanos vivamos con un sufrimiento constante por aquello que no podemos cambiar. Es necesario dejar de ser nuestro peor enemigo para convertirnos en nuestro mejor amigo. Esta es una idea muy importante dentro de este modelo de Psicología integradora.
Sí, soy consciente de que esto puede sonar demasiado bonito o fácil y que haga sospechar que no se puede cumplir, pero creedme cuando os digo que realmente se puede lograr. Esta Integración de Terapias que desarrollé enseña precisamente cómo lograrlo, con ayuda de lo útil de la psicología tradicional, los últimos avances científicos en neurociencia y la libertad de aprender técnicas de autogestión emocional para no depender de terapeutas. Se puede aprender fácilmente si se siguen unos sencillos pasos de forma ordenada. Y sí, tú que estás leyendo estas palabras también puedes hacerlo, si crees que no se puede es porque nunca te han enseñado a hacerlo. Por favor, déjame que te transmita todo lo que aprendí y compruébalo :)
¿Creéis que teniendo esta dificultad yo pensaba que en un futuro me dedicaría a dar cursos de formación frente a decenas de personas como hago actualmente? (al menos hasta antes de la pandemia, llevo casi dos años sin impartir formaciones). Os aseguro que eso no entraba en mis planes (si lo pasaba mal leyendo en el colegio, ¿cómo iba a pensar en que en un futuro sería capaz de dar cursos de formación ante un público grande?). Afortunadamente, de todo se sale si se tiene un conocimiento adecuado del cerebro, la mente y las emociones humanas.
Algo que me suele despertar una sonrisa es cuando personas en consulta me dicen que transmito paz, que tengo mucha facilidad y que les gusta mi forma de hablar… ya que cuando les cuento que por un problema de tartamudez el habla fue uno de los aspectos más duros y difíciles de mi vida a algunos les cuesta creérselo. A día de hoy solo me afecta un poco más al hacer llamadas de teléfono o cuando estoy con poca energía, pero no me afecta en mi vida diaria del mismo modo que en mi infancia y adolescencia. En aquel momento no sabía que ese bloqueo estaba causado por un exceso de velocidad cerebral.
Genéticamente mi velocidad de procesamiento de datos era demasiado rápida y eso dificultaba mantener una velocidad calmada, condición necesaria para que las palabras salieran de forma fluída y sin bloqueo. No recibí esta información hasta los veinticinco años. Aprendí varias herramientas de calma mental para facilitar permanecer en este estado de paz interior la mayor parte del tiempo (excepto cuando estoy muy cansado, ahí la tendencia genética se nota más).
Espero que escribir todo esto pueda ayudaros a tomar conciencia de que las dificultades que tengáis y que puedan generaros un sufrimiento emocional pueden tener solución y que no hay que rendirse sin antes probar todos los medios que estén a vuestra disposición. A día de hoy soy quien soy gracias a todo el proceso que he atravesado para llegar hasta aquí, es por ello que siento gratitud a toda la experiencia que la vida me ha traído. Insisto en que las dificultades en la vida son experiencias a superar, en ocasiones retos (incluso muy difíciles a veces, de acuerdo, pero podéis verlos también como retos), en los que el sufrimiento emocional es una lucha consecuencia del no entendimiento de lo que está ocurriendo y activar zonas del cerebro que no ayudan a que se llegue a una solución.
Al comprender y aprender a generar las emociones adecuadas, muchas de las situaciones que generan conflicto dejan de ser conflictivas pues desaparece el sufrimiento emocional. Hay una excepción a lo que he escrito: cruzarse en la vida con un psicópata integrado. Pasar tiempo con un psicópata traumatiza a la persona de forma severa y el sufrimiento generado no aporta más aprendizaje que reconocerlo cuanto antes y apartarse completamente y para siempre.
Ahí el sufrimiento es consecuencia natural del estrés postraumático generado por el daño psicológico continuado y no debe verse como un reto. Los psicópatas integrados los encontramos en la sociedad de forma más habitual de lo que se cree, no son los asesinos en serie de las películas. Obtén más información sobre psicópatas leyendo a Iñaki Piñuel: «mi jefe es un psicópata», «amor zero» y otros
Continuando con las dificultades que experimenté, además del problema con el habla por exceso de velocidad y el miedo escénico, hay que añadir que a pesar de lo mucho que quiero y respeto a mis padres y agradezco cómo se han desvivido ambos por darnos lo mejor tanto a mí como a mis hermanos, la convivencia en muchos momentos no ha sido sencilla como consecuencia de incompatibilidades y otras razones, muy habitual en muchas relaciones de pareja que tienen un funcionamiento inadecuado.
Sobre este punto no hablaré más porque afecta a otras personas y este apartado es para hablar de mí. Basta con que quede el concepto de que la situación en casa no fue sencilla y tuve que aprender a hacerme fuerte internamente, aprendiendo a sentirme bien por mí mismo independientemente de lo que ocurriera alrededor.
Me apoyé muchísimo en la música, en especial en el piano. La música puede llegar a ser muy liberadora y sanadora si se emplea adecuadamente, por eso una de las formaciones complementarias que cursé fue musicoterapia (aunque no la utilizo en consulta porque prefiero centrarme más en enseñar a desarrollar el cerebro y activarlo adecuadamente, junto con técnicas psicológicas). Me gustó aprender sus utilidades por ampliar el conocimiento, me gusta saber (incluso aunque después mi vida siga otra dirección).
Un tercer tema relevante en mi vida llegó algunos años después: no comprendía mi homosexualidad. En realidad era muy sencillo pero en aquella época no tenía el conocimiento que tengo ahora. No estaba muy seguro de lo que me estaba ocurriendo porque algunas chicas me gustaban mucho pero no sentía deseo sexual hacia ellas, me gustaban mucho como persona, por su forma de ser y por lo bien que me sentía a su lado.
No obstante, sí sentía atracción física hacia algunos chicos y no lo entendía muy bien. La confusión siento que llegó sobre todo porque no me sentía identificado con los estereotipos y prejuicios que había escuchado a mi alrededor por parte de amigos y conocidos.
Tal vez por eso, además de por mi propia ignorancia sobre el tema, no tenía muy claro qué ocurría en mi interior. Tardé más tiempo del necesario en comprender y asumir algo que en realidad era tremendamente sencillo y completamente natural, que con lo que ahora sé la confusión se hubiera desvanecido en minutos en lugar de en varios años. Con las chicas me sentía muy cómodo como amigo pero físicamente solo me atraían chicos, no hay ninguna duda cuando ocurre así.
A pesar de la incertidumbre y confusión que sentí durante el tiempo que necesité hasta que lo entendí, fue otra experiencia muy valiosa de aprendizaje, otro proceso que me ayudó a crecer más como persona y conocerme mejor a mí mismo. Comprender que dos personas pueden amarse independientemente de su sexo y que no todas las relaciones sentimentales están basadas únicamente en el sexo, sean homo o heterosexuales, que hay relaciones más románticas y otras más sexualizadas y todo es correcto, el sexo solo es una parte de una relación e incluso la manera de vivir el sexo también es muy diferente entre unas y otras parejas y es totalmente perfecto que así sea, no hay una sola manera correcta de vivir las experiencias sentimentales.
Para mí el sexo siempre ha sido algo divertido y que a veces apetece, es natural, pero en mi vida era muy poco importante y de adolescente pensaba que mi forma de percibir estaba equivocada porque escuchaba cosas muy diferentes por parte de mis amistades. Más tarde comprendí que no era un error, que la importancia que cada uno le de a ese tema es igual de respetable que con cualquier otro tema.
A nivel de pareja, lo importante es encontrar personas compatibles a las formas de percibir la vida que cada uno tenga, respetando que toda visión es correcta, no hay una buena y otra mala, aunque sí unas más compatibles entre sí que otras.
Son conceptos muy sencillos y fáciles de enseñar pero yo no los conocía, ojalá en las escuelas se aprendieran conceptos tan básicos que ahorrarían confusión a más de una y a más de uno. Tuve apoyo total cuando compartí este tema en casa y estoy muy agradecido de esa facilidad, no en todos los hogares se entiende tan bien algo tan natural como es elegir libremente a quién siente uno en su interior que quiere amar, respetando su inclinación genética. Lo escribo aquí por si a alguien le ayuda leerlo.
Por lo tanto, sí, bullying en la escuela secundaria, situación complicada en casa durante años, tartamudez que no entendía, una clara homosexualidad (clara ahora que lo comprendo bien) que tardé un tiempo en entender por mi propia ignorancia y que tampoco me supo aclarar la primera psicóloga con la que consulté (lo que me mantuvo confundido más tiempo de la cuenta con lo fácil que era entenderlo sin prejuicios… y os cuento esto por si habéis tenido alguna mala experiencia con psicólogos, para que no tiréis la toalla, solo tenéis que encontrar a la persona adecuada).
Por una parte fue positivo para mí porque así aprendí muchas cosas al conocer diferentes terapeutas, gracias a mis dificultades para entender tanto mi sexualidad como mi tartamudez. Si me llegan a ayudar pronto hubiera conocido menos sistemas de trabajo y mi aprendizaje habría sido menor.
Todas estas dificultades ayudaron mucho a que mi curiosidad inicial siguiera creciendo y que buscara en todo tipo de teorías y terapias para encontrar respuestas, principalmente intentando encontrar una razón a mi tartamudez interna.
Las confusiones y luchas que vivía en mi interior intentando encontrar respuestas me hicieron investigar a fondo todo tipo de libro que llegó a mis manos (aparte de conocer a varios terapeutas, como apuntaba antes, que trabajaban desde puntos de vista diferentes, para que me ayudaran a entender ambos temas), logopeda y psicólogos, pues con ninguno me sentía suficientemente satisfecho en sus respuestas (a excepción de la logopeda, hacia la que estoy muy agradecido por las técnicas que me enseñó).
Gracias a esa búsqueda con diferentes terapeutas, libros y formaciones complementarias aprendí tantísimo que no puedo más que expresar gratitud. Quién sabe, si mi vida hubiera sido muy sencilla quizás no hubiese buscado tanto y no hubiera desarrollado este modelo, ya que para poder hacer una integración de terapias hay que conocer muchas terapias primero para después poder integrarlas, ¿no? quién sabe…
Concretando, de nuevo, el mensaje que quiero que os quede claro es que no es necesaria una vida perfecta para aprender a ser feliz. Es más, no necesitáis ser perfectos para poder quereros, empoderaros y vivir desde vuestra mejor versión. Sí, a día de hoy aún me trabo en ocasiones cuando llamo por teléfono, ese tema aún lo puedo mejorar un poco más, pero me valoro y me respeto siendo imperfecto, soy feliz y me encanta enseñar a la gente a que se sienta feliz siendo quien es y a que se conozca a sí misma tanto en sus virtudes como en sus defectos, sin huir de su realidad.
Creedme cuando os digo que podéis aprender a ser felices incluso con vuestras dificultades. Algunas de ellas podréis superarlas definitivamente quizás, en otros casos tal vez haya alguna que sea crónica y tengáis que aprender a convivir con ella. Si queréis puedo enseñaros a hacerlo.
Por cierto, si un psicoanalista lee este texto tan largo puede que considere que estoy cometiendo un error importante al hablar de mí de esta manera. Y yo digo, ¿qué tiene de malo ser naturales? Lo que yo os ofrezco es máxima transparencia, naturalidad, autenticidad, cercanía. Así os resultará mucho más fácil expresar vuestras emociones y aquello que os preocupe cuando vengáis a consulta, a un taller o a un curso, os resultará mucho más sencillo sentiros en un ambiente seguro.
Este tipo de vínculo desde la cercanía y la honestidad es típico del modelo humanista y lo incluyo en Integración de Terapias junto con las herramientas científicas y otras perspectivas interesantes que conocí a lo largo de mi vida (y que más adelante las explico en este apartado) porque he comprobado a lo largo de más de una década que así se acelera el proceso de recuperación de las personas que acuden a consulta.
Transmite mucha seguridad y confianza que el terapeuta se muestre de forma auténtica y honesta. Aparte, también es muy beneficioso mostrar que no hace falta ser perfectos para ser felices desde el propio ejemplo y no solo con palabras. No soy perfecto y no me da miedo expresarlo con naturalidad, ¿tú te atreverías a expresarlo o te da miedo lo que puedan pensar de ti si descubren que hay vulnerabilidades en tu interior?.
Para sentirte bien necesitarás comprender muy bien cómo funciona tu cerebro, realizar un entrenamiento adecuado del mismo y aprender a generar las emociones más sanas hacia ti a pesar de las dificultades que hayan surgido y sigan surgiendo. Más adelante lo explico con más detalle.
Respecto a la universidad:
Desde antes de comenzar a estudiar la carrera, debido en parte a las dificultades que me había tocado vivir, ya llevaba años buscando respuestas en los libros que me llegaban: de psicología, de autoayuda, del cerebro, de filósofos antiguos, de místicos del pasado y del presente y todo libro que llegó a mis manos que tuviera que ver con el comportamiento humano o con el bienestar emocional, aunque no terminaba de encontrar lo que quería.
Tenía la esperanza de que al estudiar Psicología recibiría información valiosa, aunque lo cierto es que una vez terminada la carrera tampoco sentí que me dieran respuestas suficientemente válidas como para quedarme satisfecho y necesité varios años de búsqueda en otras formaciones complementarias y bastante tiempo de reflexión en silencio a solas para dar sentido a lo que para mí no lo tenía.
Una curiosidad (sobre todo para psicólogos): en la carrera contemplaba cómo los diferentes profesores enseñaban modelos psicológicos distintos que expresaban ideas interesantes pero muchas veces contradictorias entre sí, por lo que sentía cierto desconcierto al ver que ni si quiera los profesores de Psicología se aclaraban entre ellos respecto al protocolo más adecuado para ayudar al ser humano.
Como ejemplo, la forma de entender al ser humano era completamente distinta si hablabas con un psicólogo de una corriente u otra y eso me parecía un caos. Algunas terapias eran más cortas y «científicas» pero muy superficiales, otras eran muy profundas pero larguísimas y en ocasiones poco eficaces, unas solo eran útiles con determinado tipo de personas pero poco útiles con otros colectivos, en unas había que hablar mucho y en otras solo importaban cambios de conducta…
El concepto de maldad lo encasillaban como «problema/trastorno de personalidad» (por genética y/o por influencia del ambiente) sin explicar exactamente por qué surgía y perdiéndonos en ocasiones en tecnicismos complejos.
Debido a ello, entre otras cosas, sentí que las respuestas que buscaba tenía que encontrarlas en otro lugar, de modo que continué investigando y profundizando en mi formación hasta que años después comprendí que si lo que veía en el exterior no me convencía tenía que crearlo por mí mismo siendo coherente con todo lo que había aprendido durante mi proceso de búsqueda, aparte de lo aprendido en la carrera, máster y experiencias personales.
Es más, pensé que tal vez a otros terapeutas y estudiantes de Psicología también les podía haber ocurrido lo mismo y me gustaba la idea de poder compartir todo lo aprendido tras tantos años de investigación buscando respuestas. Fue así como decidí empezar a dar forma a Integración de Terapias. Desde este modelo pretendo unificar los conceptos más importantes de los modelos más significativos del siglo pasado para que todo psicólogo pueda emplearlo con facilidad para aprovechar los avances científicos y beneficios de otras terapias sin tener que renunciar al modelo desde el que están acostumbrados a trabajar.
A nivel teórico, Integración de Terapias es compatible con todos ellos y simplifica el proceso de aprendizaje desde una síntesis adecuada, al mismo tiempo que acelera la recuperación de las personas que acuden a consulta.
Además de la comprensión del origen de la maldad, hay un segundo tema que siempre me intrigó. En la carrera a menudo pregunté a los profesores en las clases si era posible que una persona se sanara a sí misma y los profesores siempre contestaron que eso no era posible, cada uno expresando sus argumentos. La otra parte de mi búsqueda se centró en encontrar también una respuesta a esa pregunta:
SEGUNDA PREGUNTA FUNDAMENTAL:
¿Es posible que una persona se sane a sí misma? ¿Cómo se podría lograr?
Con esas preguntas en mente seguí buscando: una parte importante de mi tiempo me sumergí en la ciencia (desde la psicología y el conocimiento del cerebro) y otra parte de mi vida decidí profundizar en el conocimiento de la conciencia (desde la filosofía y la espiritualidad), haciendo hincapié especialmente en el conocimiento oriental para entender mejor su forma de vivir ya que se les atribuye facilidad para conectar con la serenidad y sentir paz interior y tenía curiosidad por saber cuánto había de verdad en todo ello o si la información estaba equivocada.
Lo cierto es que me gustaron mucho algunas de las técnicas y formas de proceder que aprendí de varios profesores y maestros aunque en ocasiones algunas prácticas carecen del rigor científico necesario para que podamos aceptarlas con facilidad desde occidente. También conocí algún profesor que ponía en práctica unas herramientas con las que estaba completamente en desacuerdo, me parecía que además de poco útiles podían ser perjudiciales para la salud, pero con otros profesores fue muy distinto y algunas de las técnicas que aprendí me parecieron muy valiosas y dignas de estudio.
Siento que todo conocimiento es bienvenido y ayuda a discernir qué caminos son más adecuados de entre todos los disponibles, tanto desde el punto de vista científico como desde el punto de vista de la filosofía y conciencia para un crecimiento personal, así que siento gratitud incluso por los aprendizajes que decidí descartar, pues de todo conocimiento se extrae un aprendizaje valioso si se está atento.
Por tanto, adentrándome más concretamente en mi vida profesional:
Tras reunir toda esa información desde el punto de vista científico y desde el punto de vista de la conciencia y habiendo encontrado respuestas a las dos preguntas que tanto había buscado, me decidí en 2010 a empezar a dar forma a Integración de Terapias. Mi objetivo era sintetizar de forma muy sencilla lo que me parecía más importante para la comprensión y desarrollo de la conciencia en el ser humano.
En la carrera había aprendido muchos tecnicismos complejos y me parecían poco útiles (excepto para comunicarse entre profesionales, en eso sí me parece útil), por lo que decidí crear algo muy fácil de entender incluso para un niño pequeño o una persona muy mayor y que pudiera explicarse en un corto período de tiempo sin dar demasiados rodeos.
Integración de Terapias pretende enseñar a las personas a que se sanen a sí mismas y a que desde la comprensión sencilla y profunda del funcionamiento humano amplifiquen sus valores de empatía, gratitud, generosidad, aprendan a perdonarse y perdonar a otros, soltar el rencor acumulado, subir autoestima, etc. (la síntesis de toda esta información la recibirás si realizas el curso Desarrolla lo mejor de ti, tienes más información en la pestaña Cursos y Talleres – Psicología práctica)
Para que así ocurra, es necesario que el vínculo entre el terapeuta y la persona que consulta sea muy transparente y por ello me conocerás tal cual soy. Comprenderás que no es necesaria la perfección para llevar una vida saludable contigo y con quien te rodea, que a pesar de las propias vulnerabilidades uno puede ser feliz y ayudar a otros a que aumenten también su propia felicidad (a veces de forma tan sencilla como dar los buenos días con una sonrisa a una persona que necesite escucharlo).
Realizar un vínculo desde la transparencia ayuda a la persona que acude a consulta a retirar con velocidad las barreras que es habitual tener frente a desconocidos. De ese modo el trabajo terapéutico resulta más sencillo.
Un vínculo desde la transparencia y la naturalidad facilita en gran medida obtener éxito en la terapia y en menor tiempo.
Al modelo humanista le faltaba el carácter científico de las técnicas neurofisiológicas para la liberación de memorias emocionales traumáticas que en cambio sí aporta Integración de Terapias
Otro punto importante desde mi punto de vista: considero que se ayuda mucho más cuando se enseña a una persona a sentirse segura que cuando únicamente nos limitamos a darle las respuestas con velocidad. Sócrates fue un gran maestro en esa materia pues nunca daba respuestas sino que se dedicaba a plantear inteligentes preguntas. Ahora bien, quizás para este mundo occidental esa forma de proceder sea algo compleja, pues las respuestas son también necesarias para no sentirse inseguros y tener certeza de que la persona con la que hablamos puede sernos de ayuda (si hablamos de un psicólogo es más importante aún).
Lo ideal, desde mi punto de vista, es entrenar a cada persona para que gane seguridad en sí misma enseñándole a que busque dentro las respuestas. Eso sí, mientras lo va aprendiendo le oriento con información y técnicas adecuadas para ello,recordando siempre que el objetivo es que llegue un momento en el que ya no necesite más orientación externa pues reciba las respuestas desde dentro.
Me interesa mucho que las personas aprendan a obtener respuestas buscando dentro y no solo preguntando fuera.
Se obtiene una gran seguridad en uno mismo al atreverse a buscar dentro, si te asusta es por desconocimiento.
Puede parecer contradictorio pero no lo es, lo explico al pie de la foto.
Lo importante en esos encuentros es dejar un rato de silencio para que cada persona reflexione en su interior y después permitir que quienes quieran participar aporten su punto de vista, lo cual implica contemplar diferentes formas de ver la realidad en un corto espacio de tiempo, que a su vez ayuda tanto a liberarse del propio egocentrismo (pues no todos piensan igual que uno) como a aprender de las diferentes respuestas que dan otras personas recibiendo una experiencia enriquecedora y constructiva.
Luego, aparte, ofrezco mi punto de vista desde Integración de Terapias pero mi opinión no es lo más importante en realidad sino el proceso interno de cada participante. Incluso una persona que acudiera como oyente sin participar de forma activa aprendería mucho de todo lo que ocurriera en su interior y de lo que escuchara fuera.
¿Hay alguna situación que resulte un reto especialmente difícil si nuestro objetivo es ser capaces de liberarnos por nosotros mismos sin ayuda externa?
¿ENTONCES ANTE SITUACIONES TRAUMÁTICAS HAY ALGUNA SOLUCIÓN?
SÍ: TÉCNICAS NEUROFISIOLÓGICAS COMO LAS QUE APORTA EL MÉTODO SHEC
Cuando el método SHEC llegó a mi vida comprendí que tanto los traumas como los síntomas podían desaparecer muy rápido. No obstante, también me parece fundamental que aprendas a sanarte sin ayuda externa y por ello:
Un tratamiento con Integración de Terapias tiene las dos fases:
1) Enseñarte técnicas de autosanación para que te sientas libre
2) Liberar con ayuda del método SHEC aquellos bloqueos tan graves que te cueste hacerlo sin ayuda
Al dar con estas técnicas organicé de forma aún más clara mi forma de trabajar y sentí con fuerza que antes o después tenía que dar a conocer el modelo y ayudar a otros terapeutas a que no les ocurriera lo mismo que a mí y pudieran disfrutar (tanto los terapeutas como las personas que acuden a consulta) de los beneficios de los distintos modelos terapéuticos integrados de forma adecuada. No obstante, preferí esperar varios años para comprobar una y otra vez los resultados antes de dar el paso de enseñar con seriedad a otras personas el modelo de Integración de Terapias.
Los resultados mostraron con claridad que el trabajo con personas muy traumatizadas mejoró significativamente gracias al método SHEC y el de personas no traumatizadas tenía muy buena acogida por la sensación de libertad que experimentaba toda persona que aprendía las técnicas del entrenamiento en autogestión emocional y además estas personas se sentían seguras de saber emplearlas en un futuro si las volvieran a necesitar.
Al combinar ambos procesos había encontrado la pieza que le faltaba al método de entrenamiento en autogestión emocional que había desarrollado anteriormente. De este modo el modelo era válido para hacer frente a prácticamente la totalidad de problemas emocionales del ser humano (a excepción de los problemas exclusivamente psiquiátricos, claro).
Algo más sobre el método SHEC:
Hubo un punto de inflexión en mi vida, desde el punto de vista académico, en el momento en el que aprendí el método SHEC. En el aspecto científico me fascinaron tanto la velocidad como la «relativa sencillez» con la que podían liberarse las memorias emocionales traumáticas con ayuda de estas técnicas, labor que de otro modo resultaba dificilísimo y largo si me limitaba solo a emplear lo aprendido en la carrera.
Fue un gran descubrimiento y me sentí muy feliz al descubrirlas. Permiten liberar memorias emocionales tan graves como las generadas por una agresión sexual, habitualmente en una o dos sesiones (una vez que se han explicado las técnicas). Fueron creadas en 2012 y su aportación neurofisiológica supone un gran avance para la psicología, razón por la que sentí que era otra parte del puzzle que era necesario incorporar a este modelo de Integración de Terapias.
Objetivos a corto y medio plazo en la actualidad:
Actualmente uno de mis objetivos fundamentales es compartir los conocimientos que he adquirido dando a conocer el modelo. Por un lado realizando cursos intensivos de un día como Desarrolla lo mejor de ti, la formación completa Aprende a sanarte: entrenamiento en técnicas de autogestión emocional y los encuentros mensuales de Psicología práctica de Preguntas y respuestas de la vida cotidiana.
Pretendo de este modo dar a conocer el modelo Integración de Terapias y que pueda servir de ayuda a cada vez más personas. Para conseguirlo de forma más global estoy escribiendo dos libros que se complementan entre sí. Uno de ellos dirigido a todos los públicos, en el que compartiré las herramientas de autogestión emocional con un lenguaje sencillo y accesible a todo público. El segundo libro será un manual dirigido a psicólogos y estudiantes de psicología en el que se explicará paso a paso el funcionamiento del modelo de Integración de Terapias, que será de gran ayuda para todo terapeuta que lo lea. Pretendo que sirva de libro de texto para dar formación especializada a quien esté interesado en emplearlo en consulta empleándolo como guía orientativa.
Si todo transcurre según lo previsto estarán disponibles durante el 2023. Serán una valiosa herramienta para quienes no tengan oportunidad de venir a consulta. Aunque no será lo mismo que recibir la formación de forma individual y personalizada, contendrá información muy útil para poder emplear el modelo en uno mismo (el libro para todos los públicos) y con los demás (el libro para terapeutas), que será de gran ayuda para todo terapeuta que lo lea.
Más adelante me gustaría dar formación en el colegio de psicólogos e incluso en universidades, ya que considero que es un modelo que puede aportar mucho bien y que al ser compatible con los que ya existen no implica realizar un cambio muy grande sino adaptar las ideas previas complementándolas con otras tal vez más completas, sin resultar invasivo ni complejo para quienes lo quieren aprender.
Respeta lo importante del modelo teórico previo que tuviera el terapeuta que lo use, aportando una síntesis adecuada de teoría y herramientas que resultará agradable a los terapeutas independientemente de con qué modelo estuvieran acostumbrados a trabajar, aportándoles herramientas extras, aumentando la eficacia y eficiencia, acortando la duración de los tratamientos y reduciendo con ello también el sufrimiento emocional y el gasto económico, aumentando la satisfacción de las personas que acuden a consulta.
Seguramente cuando esté escrito el libro dirigido a terapeutas me mueva en esa dirección para compartirlo más fácil.
RESUMEN Y CONCLUSIONES:
Durante años busqué respuesta a varias preguntas:
¿Por qué las personas se dañan unas a otras?
¿Cuál es el origen de la maldad? ¿Tiene solución?
¿Es posible sanarse a uno mismo? ¿Cómo puede lograrse?
¿Existen formas rápidas y eficaces para aprender a ser feliz?
Junto a las preguntas, enfatizo la importancia de realizar un vínculo desde la transparencia con quien consulta para facilitar que las resistencias que se tienen ante desconocidos se retiren rápido y la comunicación fluya rápidamente con facilidad y cercanía.
Tras hallar respuesta a mis inquietudes y desarrollar el modelo de Integración de Terapias, que integra lo más interesante de los modelos más importantes del pasado e incluye los avances en neurociencia de la última década, lo que quiero es que las personas puedan desarrollar sus valores positivos y realizar un proceso completo de conocerse a sí mismas, que aumenten su autoestima y su seguridad, que amplíen en gran medida su empatía, sepan perdonarse y perdonar, sepan soltar la culpa y el rencor acumulados, sean capaces de escuchar y transmitir los conocimientos aprendidos a personas importantes en su vida… en definitiva, que aprendan a sanarse a sí mismas y descubran que con la práctica adecuada pueden obtener las respuestas que necesitan si aprenden y se acostumbran a mirar en su interior.
Aparte de ello, aquellas personas que estén muy traumatizadas pueden liberar esos traumas con velocidad gracias a las técnicas neurofisiológicas del método SHEC para después seguir centrándose en esa auto sanación. De ese modo la ayuda es completa, pues si algo ocurriera en un futuro se han acostumbrado a resolver sus dificultades mirando en su interior y aplicando las técnicas aprendidas y así no necesitarán terapeuta. Además, quien consulta puede grabarse el audio de sus sesiones y así se asegura nunca olvidar lo aprendido.
LA SALUD ES PRESENCIA DE BIENESTAR, NO SOLO AUSENCIA DE MALESTAR.
Aprende a desarrollarte y crecer como persona y verás cómo tu vida emocional da un gran giro que te servirá durante el resto de tu vida
¿CREES QUE ES POSIBLE? ¿TE ATREVES A COMPROBARLO?